En un mundo influenciado por los impactos del cambio climático, es comprensible que la gente exija a las empresas una mayor transparencia sobre su estrategia y operaciones comerciales. En particular, las partes interesadas quieren saber cómo cumplen las empresas los criterios medioambientales, sociales y de gobernanza (ASG); quieren saber hasta qué punto son "verdes" sus inversiones; y quieren saber qué acciones se están llevando a cabo para hacer de nuestro mundo un lugar mejor.
La evolución de la ASG como motor clave de la política y la estrategia empresarial tiene muchas raíces en su precursora, la Responsabilidad Social Corporativa (RSC), que es un proceso de formulación de políticas que se acuñó por primera vez en la década de 1980 como una forma de ayudar a las empresas a asumir su impacto en la sociedad, y a medir y cuantificar los esfuerzos.
Es este sentido de proteger nuestro planeta a través de la sostenibilidad lo que está llevando a las empresas -grandes y pequeñas- a adoptar modelos de negocio que tienen criterios ESG y CSR e iniciativas de medición en el centro de su enfoque estratégico. Estas iniciativas varían, desde el aprovechamiento de la energía renovable, pasando por alcanzar ese importante hito de "red cero", hasta la aplicación de prácticas laborales justas y éticas. Pero sea cual sea el camino que decidan seguir, las empresas se centran cada vez más en garantizar que sus acciones e inversiones tengan una influencia positiva en la economía, la sociedad y el medio ambiente.
La escala y el éxito de estas iniciativas pueden medirse de forma independiente por los Índices de Sostenibilidad Dow Jones (DJSI), uno de los índices de sostenibilidad más reconocidos del mundo. Este índice, que reúne a las principales empresas mundiales que lideran las prácticas sostenibles, se ha convertido rápidamente en un punto de referencia para el cumplimiento del Acuerdo de París y de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas, y entrar en él se percibe como una "insignia de honor".
Aseguradoras como los miembros de la Red, Allianz y AXA, así como Zurich, han ocupado en los últimos años los tres primeros puestos de esta lista. Allianz, por ejemplo, se ha comprometido a no emitir gases de efecto invernadero en varias carteras, ofrece productos sostenibles y casi el 40% de sus directivos son mujeres.
La competencia regional también es fuerte. Bradesco, por ejemplo, se enorgullece de confirmar que es el mejor banco entre sus pares brasileños, mientras que MAPFRE compartió su éxito como una de las únicas 19 empresas españolas que figuran en la lista, gracias a su programa MAPFRE AM Inclusión Responsable, que se centra en el elemento "S" de ESG, promoviendo la inclusión de personas con discapacidad en su plantilla.
El panorama actual
Este énfasis en el aspecto social de los criterios ASG se hace eco y se basa en los objetivos de muchas iniciativas de RSC de larga data, desde garantizar la diversidad y la inclusión en el lugar de trabajo hasta financiar programas de empoderamiento de los jóvenes y las mujeres. Sin embargo, la comprensión de la escala y el impacto más amplio de estas iniciativas se ve obstaculizada, no necesariamente por la falta de intentos de las aseguradoras, sino tal vez por la falta de una mayor transparencia pública y de información.
Los estudiantes de la Katie School of Insurance and Risk Management de la Universidad del Estado de Illinois (Estados Unidos) desvelaron los detalles en un libro blanco publicado a finales de 2020 con el apoyo de la MiN: "Investigating the Social Component of Insurers' Sustainability Practices". El informe exploraba los aspectos sociales y de sostenibilidad sobre los que informaban las aseguradoras y, en general, parecía que sólo los miembros de un grupo, los firmantes de los Principios para la Sostenibilidad de los Seguros del PNUMA, como el Foro de Desarrollo de los Seguros o el propio MiN, divulgaban activamente información detallada sobre las iniciativas de RSC.
Sin embargo, para que las actividades de RSE avancen de manera significativa, es necesario comprender plenamente lo que está sucediendo; necesitamos saber qué requisitos se están cumpliendo y dónde quedan lagunas para poder abordarlas y resolverlas. A este respecto, las encuestas pueden ser una herramienta útil para hacerse una idea del panorama, algo que la Federación Mundial de Asociaciones de Seguros (GFIA) ha emprendido recientemente para medir los logros de sus miembros en cuanto al cumplimiento de los servicios específicos de marketing, productos y educación requeridos para los seguros de las mujeres, así como para medir las prácticas internas de fomento de la diversidad y la inclusión en el lugar de trabajo.
La importancia de la igualdad de género es un tema muy arraigado en MiN, especialmente en lo que respecta a la estabilidad financiera. Como ya hemos destacado anteriormente, existen barreras sociales, culturales y tecnológicas a las que las mujeres se enfrentan a diario, muchas de las cuales las excluyen del acceso a los seguros y a los servicios financieros en general. Para lograr un futuro sostenible, sin embargo, es necesario abordar este desequilibrio, y es la razón por la que la igualdad de género y el empoderamiento de todas las mujeres y niñas figuran en los cinco principales ODS de la ONU.
Bajo el microscopio
En el mencionado libro blanco de la Katie School, algo más de la mitad de las 117 aseguradoras incluidas en la muestra ofrecían productos de microseguros, incluyendo seguros de vida, salud, agricultura, propiedad, accidentes y vehículos.
La mayoría de estas aseguradoras tenían su sede en Europa y en la región de Asia-Pacífico, aunque es difícil hacerse una idea global del panorama más amplio, ya que el 48% de las aseguradoras incluidas en la muestra no informaban de todas sus acciones sociales o de sostenibilidad. Si combinamos esto con la abrumadora percepción de que muchos corredores carecen de apoyo a los microseguros o a las iniciativas de sostenibilidad, parece que es necesario defender los planes de RSC -y cómo los seguros encajan en ellos-.
En este sentido, invertir en microseguros es algo más que una simple marca en la casilla. La última oleada de proyectos piloto ha demostrado la validez y la importancia de esta forma de seguro, especialmente para aquellas comunidades y sectores que a menudo quedan desprotegidos y, por lo tanto, se enfrentan a posibles dificultades cuando ocurre algo desafortunado.
El sector agrícola es un ejemplo en el que la falta de cobertura puede tener un impacto perjudicial para los agricultores, que se encuentran regularmente a merced de las condiciones del mercado, de las condiciones meteorológicas extremas, o que se enfrentan a los desafíos de la desigualdad y a la implacabilidad del cambio climático. Cuando las cosechas fracasan o el ganado muere, los agricultores no sólo se ven afectados en primer lugar, sino que tienden a salir peor parados; y sin embargo, a pesar de estos escenarios conocidos, los agricultores siguen teniendo poco acceso a los fondos para asegurarse contra estos riesgos, lo que significa que la brecha de protección en este sector sigue siendo generalizada.
Afortunadamente, ahora que la RSC desempeña un papel notable en la consecución de objetivos ASG más amplios, el número de aseguradoras que participan activamente en este ámbito va en aumento. Blue Marble Microinsurance, que se ha unido recientemente a la MiN, ha creado, por ejemplo, Café Seguro, un programa de seguro basado en índices para los caficultores de Colombia, en colaboración con Nespresso. Alrededor del 80% de estos pequeños agricultores tienen poco o ningún acceso a los seguros, por lo que ofrecer una solución asequible que proporcione pagos en caso de lluvias excesivas o inadecuadas, por ejemplo, no sólo significa que estos agricultores pueden "estabilizar sus ingresos", sino que les permite seguir invirtiendo en sus explotaciones, algo que muy probablemente no habría ocurrido si no tuvieran un seguro.
Argentinian-based insurance company Rio Uruguay Seguros (RUS) is also at the forefront of delivering on CSR initiatives, not only through the formation of a female-majority management team, but through its role in the field of microinsurance. Influenced by the impacts of the COVID-19 pandemic, RUS carved out a route to reach, and therefore provide insurance to, the underrepresented of society, including those on low incomes and those excluded by social barriers, such as gender, ethnicity or age. Titled “Insurance for Equity”, the RUS programme has so far been a success.
As with all these CSR programmes, education plays a leading role, not only for understanding, but for acceptance too. This approach has been demonstrated by South African insurer and long-standing Network member Hollard, through its financial literacy programme StreetWise Finance (SWF). Developed by Hollardite Corporate Social Investment volunteers, SWF teaches financial basics to those in need, from budgeting right through to using gamification methodology, and is just one of several programmes currently being run by the insurer.
The role of insurance in CSR doesn’t end there however – understanding and providing measures to mitigate risk are just as important, whether that’s through a smart watch to monitor fitness levels as part of a health insurance policy, to providing fire extinguishers to help prevent fire damage as part of a fire policy. Prevention is clearly better than cure, and easy-to-access and affordable insurance needs to be a fundamental part of that prevention plan.
El éxito genera éxito
Dado que gran parte de nuestro futuro depende de las acciones de los demás, la incorporación de estrategias eficaces, medibles y transparentes de ASG y RSC en todos los aspectos de los seguros -ya sea la gestión de riesgos, las inversiones, la suscripción o los siniestros- es algo que todas las aseguradoras deberían tratar de situar en el centro de su estrategia empresarial y operativa. Sin embargo, como reconocen los autores del informe "Investigating the Social Component of Insurers' Sustainability Practices", para entender realmente los retos y determinar dónde hay que progresar, necesitamos saber con precisión en qué punto se encuentra el sector en cuanto a sus objetivos y logros en materia de sostenibilidad; y para ello, necesitamos que todo el mundo no sólo informe de lo que está haciendo, sino que también destaque el impacto y los beneficios de sus acciones para que todos podamos aprender y asumir un papel de liderazgo a la hora de abordar estas cuestiones fundamentales.
En resumen, trabajar en colaboración para generar un impacto que mejore la calidad de vida de quienes más lo necesitan a través de los seguros. Por supuesto, es más fácil decirlo que hacerlo, pero trabajar juntos y que todas las partes interesadas remen en la dirección correcta es un buen comienzo.