Los recientes terremotos de febrero en Turquía y el norte de Siria -el de 7,8 y la réplica de 7,5 a principios de mes, y los más recientes de 6,4 y 5,8 en Hatay- son un duro recordatorio de lo vulnerables que somos los seres humanos a las catástrofes naturales. En el momento de escribir estas líneas, el número de víctimas mortales supera las 35.000, hay más de 50.000 heridos y más de un millón...